Por Juan Carlos Fernández
Gestión Humana, desde su rol estratégico ante un mundo en constante y acelerado cambio, tiene nuevas exigencias y desafíos a enfrentar, para no sólo adaptarse a las demandas constantes de todos sus clientes mejorando su experiencia, sino también siendo gestor y agente promotor de la transformación para asegurar el éxito sostenible de la organización y de las personas que la conforman.
En el caminar de estos últimos dos años la palabra transformación ha tomado un significado importante en todos los ámbitos de nuestras vidas, siendo identificada por algunos autores como parte de las tendencias de recursos humanos para el 2022. Desde el punto de vista del ser humano, el cambio implica adaptarse por necesidad, por obligación, lo cual explica por qué nos resistimos. La transformación es una decisión propia que nos invita a abrazar el cambio, desafiar nuestro estatus quo para poder evolucionar, ser mejores y prosperar en favor de nuestro bienestar.
La tecnología por su parte se ha convertido en el eje central de nuestras vidas, dictando en gran medida la forma en la que trabajamos, nos desempeñamos y nos movilizamos. Ahora, si bien es cierto que los colaboradores demandan una experiencia digital, no debemos olvidar que siempre demandarán también una experiencia humana. La misma pandemia que ha sido un acelerador importante de la tecnología en el marco de la cuarta revolución industrial, también ha puesto en evidencia la vulnerabilidad humana, lo delicado de nuestra condición de salud física y mental, y nuestra necesidad de la cercanía, a pesar del aislamiento social.
Esto nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta: ¿Es posible que estemos frente a organizaciones cada vez más tecnológicas y a la vez emocionalmente más humanas? En una época en que las opciones digitales se expanden, analizar el impacto de la nueva estrategia de negocio en las capacidades y habilidades organizacionales toma mayor relevancia. Al mismo tiempo, es indudable que la construcción de experiencias emocionalmente positivas en la ruta del colaborador dentro de la organización genera lealtad, eleva el compromiso con la estrategia y objetivos del negocio, convirtiéndose así la fuerza laboral en una ventaja competitiva.
El rostro humano de la transformación digital hace referencia a lograr un balance entre las personas y la tecnología, más que uno reemplazando al otro. Es por lo anterior que este proceso transita de la mano con la gente, conectando desde la cultura empresarial. Implica aprovechar las nuevas formas apalancadas en la tecnología para el bienestar de los colaboradores, para resolver problemas, crear y mejorar experiencias únicas y acelerar su desempeño. Hoy Grupo SID nos ofrece la oportunidad de ser parte de la historia y continuar escribiendo este camino de éxito del corporativo, que ha adoptado la transformación digital como parte de su estrategia para continuar evolucionando y siendo competitivos en el tiempo.
Como parte de las tendencias de recursos humanos en este entorno, la tecnología brinda infinitas oportunidades, donde se destacan:
- Optimizar los tres puntos de contacto más imporrtantes en el ciclo de vida del colaborador: Reclutamiento, Onboarding (incorporación) y Desarrollo Profesional Continuo.
- Empoderar y valorar a la gente con feedback constructivos y positivos.
- Agilizar y humanizar las evaluaciones de desempeño.
- Fortalecer nuestra Cultura Organizacional e identificar los “influencers” (Gente SID promotores de esa cultura, valores y comportamientos).
- Desarrollar el talento digital, abriendo puertas a la innovación.
- Hacernos más ágiles, desarrollando capacidades y competencias que nos impulsan a un mejor desempeño.
- Acercarnos más a las personas, con nuevas formas de comunicarnos (comunicación digital).
- Tablero de datos (dashboard) y su análisis, para entender mejor a la organización y su gente.
- Analizar métricas y datos valiosos para diseñar estrategias de impacto organizacional.
¿Y tú, aceptas el reto de asumir esta transformación digital con rostro humano para tu bienestar?
