“RETOS DE LA DIRECCIÓN EMPRESARIAL”
Ligia Bonetti, Presidente Ejecutiva de Grupo SID
17 noviembre 2022
Qué gran honor compartir con todos ustedes en este espacio para visualizar las oportunidades que tenemos las organizaciones y las instituciones de cara a los próximos años.
Es así como en GRUPO SID visualizamos los retos, como oportunidades de reinventarnos, pues como vimos en el video, nosotros mismos somos el resultado de una idea, de una visiónTRANSFORMADORA, que evoluciona y que, apuesta a la Diferenciación. Enfocados en la excelencia y trabajando con creatividad, pasión y entrega, consolidamos un legado de 85 años impulsando el progreso, el crecimiento y la prosperidad de los dominicanos.
Estamos orgullosos de que cada paso dado por nosotros haya plasmado una huella en el crecimiento integral de la nación. Y, al igual como lo hicimos hace más de ocho décadas, continuamos apostando a República Dominicana, inspirados por nuestra misión de CREAR BIENESTAR, que se cimenta en los valores corporativos: CRECER, SERVIR, PROTEGER Y COMPARTIR.
Aprovecho el momento para agradecer a la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, por invitarme como oradora, en este año que celebra su 60 aniversario, en los que han egresado de sus aulas más de 90,000 PROFESIONALES, promoviendo la investigación y en los que ha tenido un destacado rol en iniciativas y proyectos de marcada trascendencia en el desarrollo del país.
Quienes me conocen saben el significativo valor que le confiero a la educación, y que considero este renglón como la principal herramienta de la nación para CRECER, avanzar y desarrollarse. Así es que en este momento es doble mi satisfacción; porque también este escenario me brinda la oportunidad de compartir con tantos buenos amigos y de intercambiar visiones, lo que indudablemente, será bastante enriquecedor para todos.
Salutaciones
Saludo de manera especial al honorable Sr. Milton Ray Guevara, presidente del Tribunal Constitucional.
Distinguido Reverendo Padre Secilio Espinal, rector magnífico de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
Sra. Mercedes Carmen Capellán de Lama, presidenta de la Fundación Madre y Maestra, y con ella a todos los demás miembros de esta prestigiosa fundación.
Ing. Edwin Hernández Lantigua, director ejecutivo de la Fundación Madre y Maestra.
Miembros de la Junta de Directores, Estimados amigos empresariales, docentes, colegas, miembros de la prensa. ¡Qué gran placer compartir con todos ustedes
RETOS
Hace unos días, cuando preparaba estas palabras en las que se me solicitó ofrecer mi visión sobre los principales retos que tiene por delante el liderazgo empresarial, no pude evitar TRASLADARME dos años atrás, específicamente, a marzo del 2020, cuando tuvimos ante nosotros un desafío mayúsculo, vivido por el sector, el país y el mundo.
Ha sido una pandemia que trastocó la manera de producir y modificó por completo la forma en la que nos RELACIONAMOS con los equipos, las familias y los amigos. Un escenario retador en todos los sentidos, y que, hasta ese momento, era inimaginable.
Sin proponérmelo, una sensación de optimismo me embargó. Porque si bien fueron momentos difíciles, y tuvimos invaluables pérdidas humanas CERCANAS en todo el mundo; también se hizo evidente nuestra capacidad de reinventarnos; de aprender, desaprender y evolucionar.
¡Hoy, definitivamente y después de todo, somos una nación más fuerte!
Y traigo a colación este momento porque cualquier estimación futura, y para cada uno de los nuevos pasos que pensamos dar, debemos tomar en consideración ese pasado reciente, que disparó CAMBIOS profundos, adelantando trasformaciones que se venían produciendo, pero que en ese período se aceleraron con gran ímpetu.
Estos cambios permanecerán y marcarán lo que será el próximo lustro. Y me atrevo a ir más lejos: son las bases en las que se construye la nueva realidad de las empresas y del mercado laboral.
Un ENTORNO que implica una transformación del liderazgo, para sortear este escenario cada vez más disruptivo, de actualización permanente y transformación constante en las organizaciones, que, así como entraña grandes oportunidades, coloca en la puerta innumerables desafíos. Algunos de ellos, los compartiré a continuación:
El primer desafío lo resumo en tres palabras. CONFIANZA, TRANSPARENCIA Y COMUNICACIÓN. Los líderes tienen que hacer frente a un futuro desafiante e impredecible. Implica el desarrollo de múltiples habilidades, de ejercitar continuamente la CAPACIDAD para aprender, de dominio de innovaciones tecnológicas. Pero, sin importar el paso del tiempo, y qué tanto avancemos, hay principios que no cambian, que se mantienen activos, y son los que marcan la diferencia:
Me refiero a la confianza, la transparencia y la comunicación. Sin confianza no hay liderazgo. Y esta se crea cuando somos honestos y éticos, consistentemente, delante y detrás de bastidores. Las personas no creen en las palabras, CONFÍAN en las acciones. De ahí que nuestras decisiones deben ser coherentes con nuestro discurso. Y, en este punto, no solo la consistencia es elemental, si no también la transparencia en nuestro accionar.
En tanto, la comunicación inspira, motiva y cohesiona a los equipos. En pocas palabras, da propósito y un OBJETIVO común a toda la organización. Es de esta manera como se construye lealtad, compromiso, se crean lazos fuertes, en definitiva, es así como podemos hacer que las cosas sucedan.
El Segundo desafío será ASUMIR RIESGOS, separarnos de nuestra zona de confort, innovar, abrazar la disrupción, sacudir las cosas para lograr los objetivos y pensar fuera de la caja.
Las organizaciones necesitan de líderes visionarios, valientes, CAPACES de anticipar escenarios, y que también inspiren esa visión en todo su equipo. Como resultado, se crean escenarios óptimos para la innovación, se facilita la mejora continua de los procesos, se fortalece la empresa y el crecimiento de todos los colaboradores.
Este enfoque involucra una gran apertura a las nuevas ideas, y la creación de ambientes de trabajo que acojan la DIVERSIDAD, el que además de una amplia perspectiva, hace que nuestro modelo de negocio sea más sostenible e inclusivo.
Y esto me lleva a comentarles sobre un proyecto nación que asumimos hace unos años, y que impacta en cada área PRODUCTIVA, en las nuevas inversiones y en la calidad de vida de todos los dominicanos. Les hablo de aumentar la competitividad nacional.
Recordemos las metas que nos propusimos en la Estrategia Nacional de Competitividad, alineada a la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030. La primera y más cercana, convertirnos en el país más COMPETITIVO de América Latina y El Caribe para el 2024.
Observando el avance de los 12 pilares de esta estrategia, hay un pilar al que, por su importancia y las OPORTUNIDADES de mejora que en este momento existen, no quise dejar fuera de esta participación. En gran medida, porque es mucho lo que podemos hacer: me refiero a crear un ecosistema de innovación, con énfasis en la investigación y desarrollo.
El mundo va rápido y nuestro país necesita competir. Si bien hemos logrado avances importantes, el Global INNOVATION Index 2022 nos dice que debemos acelerar la marcha; incrementar los esfuerzos que destinamos en investigación, ciencia y tecnología.
República Dominicana ocupa el puesto 90 dentro de las 132 economías evaluadas. Una cifra que no debe DESMOTIVARNOS, sino que representa un punto de partida para trazarnos las metas de hacia dónde queremos llegar, y cuales deben ser nuestras prioridades.
Estamos ante una oportunidad de impulsar un desarrollo científico-tecnológico, inclusivo y sostenible. Y lo haremos en la medida en que invertimos en la FORMACIÓN del talento humano y en investigaciones que se traduzcan en mayor valor agregado para República Dominicana.
Innovar mediante la tecnología, la creatividad y competitividad, transformará la productividad. Es la piedra angular para que surjan nuevas oportunidades de negocio.
De nosotros depende convertir las dificultades del presente en las oportunidades del futuro.
De nosotros depende, tener una REPÚBLICA DOMINICANA fuerte, resiliente, y productiva, siendo la punta de lanza del crecimiento y la competitividad en todos los sectores de la economía nacional.
El tercer desafío del que les comentaré está vinculado al ejercicio de un LIDERAZGO RESPONSABLE. Sacar adelante una idea, un proyecto, un negocio, no es una tarea fácil. Coincidirán conmigo que es un camino de innumerables DESAFÍOS y obstáculos; y muchos momentos difíciles. Podríamos escribir un libro recopilando todas las anécdotas de lo que nos ha tocado vivir a los aquí presentes.
Si fuera diferente, todos pudieran ocupar ese rol, porque navegar en aguas tranquilas, lo puede hacer cualquiera. Son pocos los que se atreven a hacerlo en tiempos TURBULENTOS, de tormenta, y como decimos en los pueblos: “cuando el mar está picado”.
Son en esos tiempos complicados donde se cambian las reglas del juego, que nos ponen a prueba y exigen un esfuerzo sobredimensionado de parte de nosotros, cuando el LIDERAZGO demuestra todas sus potencialidades. Encarar con responsabilidad esos escenarios, y actuar acorde a las exigencias del entorno, es lo que se requiere de nosotros. Un líder da la cara en los tiempos buenos, pero está aún más presente en las épocas difíciles.
Nuestros colaboradores y quienes nos miran desde afuera esperan esto de nosotros.
Y en este punto quiero comentarles un aspecto que para mí reviste de gran importancia por su impacto en el desarrollo del país. Se trata de identificar el valor que pueden generar nuestras organizaciones. Y no me estoy refiriendo solamente a la CONTRIBUCIÓN al Producto Interno Bruto, a la generación de empleos o las inversiones que tenemos contempladas de cara al futuro. Si no más bien, al rol que jugamos cada uno de nosotros en el avance del país hacia un modelo de desarrollo sostenible, integrador e inclusivo.
Invertir en nuestra gente es fundamental, así como contribuir al desarrollo de las comunidades, impulsar el avance de los niños y niñas. ¡Aportar al futuro que queremos construir! Al hacerlo, GANAMOS todos; gana la sociedad, gana el país y cada uno de nosotros, pues provoca una tremenda satisfacción dejar una huella de prosperidad a nuestro paso. Estamos llamados a repensar todos los procesos, identificando las oportunidades de expandir las conexiones entre el progreso económico y social.
Y es que NO toda la responsabilidad del desarrollo del país y de su gente recae sobre los gobiernos. Nosotros como empresarios tenemos un papel qué jugar.
Les estoy invitando a: ¡Ser, junto a las autoridades, los arquitectos de ese futuro que queremos para el país!
ESTO ME TRASLADA AL DESAFÍO NÚMERO CUATRO. Y es, tal vez, uno de los más difíciles, porque implica un proceso de introspección profunda, evaluar nuestra trayectoria, y, a veces, tomar nuevas RUTAS para lograr nuestros objetivos. Decidir si nuestras prioridades solo están vinculadas a la generación de riquezas; o si, por el contrario, están más alineadas a dejar un legado que trascienda y perdure en el tiempo.
Y, más desafiante aun, es elegir el camino que queremos transitar para llegar: unos prefieren hacerlo rápido, sin importar a quienes atropellen a su paso, ni la integridad de sus acciones. En cambio, otros, conocen la importancia de agregar VALOR en cada paso, del trabajo duro, la constancia, y la perseverancia.
Obviamente, es una decisión individual, pero sí les digo, que cada una de ellas genera un impacto, en nosotros, en cómo nos perciben, y más aún en la sociedad. Está en nosotros decidir cómo queremos ser recordados.
EL QUINTO DESAFÍO LO ABORDO DESDE LOS CAMBIOS QUE ESTÁ PRODUCIENDO ESTA NUEVA ERA.
La era digital ha colocado a las organizaciones, y a su liderazgo, en un nivel de exposición nunca antes visto. Las redes sociales han logrado un marcado protagonismo; en el que la crítica se vuelve tendencia, y el hacer ha pasado a un segundo plano. Como siempre digo, es sumamente fácil CRITICAR, lo difícil es aportar soluciones. Darse el tiempo de conocer, antes de juzgar. Y, definitivamente, estar detrás de un teclado, es más cómodo que tomar acción y hacer que los cambios ocurran.
Cuando hablo de crítica desde las redes sociales no me refiero a “criticidad”, que es una virtud enfocada en buscar mejoras;
hablo específicamente de las EMBESTIDAS, a veces irresponsables, desconsideradas, aventureras y morbosas, solamente para tener de frente los faroles de los likes y las menciones que dan minutos de fama.
Pero, como se dice popularmente, toda obra para bien: Debemos estar hoy más comprometidos que nunca con la gobernanza corporativa, las buenas prácticas, el cumplimiento de la ley, la INCLUSIÓN, la justicia y la equidad, como forma de evitar riesgos de reputación y de destrucción de nuestros activos intangibles.
Liderar en ese terreno, definitivamente, es un enorme reto. Somos humanos; se producen situaciones que nos afectan, pero debemos aprender a tomar los APORTES, y a desechar aquellas cosas que no son importantes, estando claros de quienes somos, de nuestros objetivos. Eliminemos las distracciones del entorno, y no apartemos la mirada de nuestro horizonte.
Esta nueva normalidad también ha acelerado la apertura de los mercados, la incorporación de nuevos actores, así como la llegada de la Cuarta Revolución Industrial. Esta realidad nos impulsa a CUESTIONARNOS la forma en la que implementamos los procesos y pensar cómo estos se pueden transformar, o incluso, eliminar. No se trata de cambiar por cambiar. Si no más bien, encontrar nuevas y creativas formas para alcanzar los objetivos con mayor eficacia.
Apostar a la calidad, excelencia y diferenciación, incorporando la mejora continua como parte de nuestra filosofía, es una de las claves para salir airosos de este proceso. Sin embargo, son TRANSFORMACIONES que ameritan también de acciones puntuales de parte de los gobiernos, que tienen la responsabilidad de garantizar prácticas comerciales competitivas, y de esta manera, asegurar la participación y permanencia de las empresas locales.
Y aquí requiero hacer hincapié en la importancia de contar con una regulación fiscal que sea justa y equitativa. No significa favoritismo, claro que no, ni mucho menos excepciones. Si no más bien, que el esquema TRIBUTARIO no puede ser desigual. El contexto actual requiere adoptar las políticas necesarias para proveer a las empresas un entorno favorable para desarrollarse, crecer, competir, y expandirse.
Como ven, es un trabajo conjunto entre empresas, instituciones y el liderazgo, del que también debe resultar una BATALLA firme contra la competencia desleal, la evasión y otras malas prácticas.
La única posibilidad de cambio es comprometerse y pasar a la acción. Renunciar a las excusas y la procrastinación para AVANZAR a ese futuro que queremos para el país, y nuestra gente. Requiere que demos pasos firmes, pero seguros para alcanzar las metas que nos hemos propuesto.
Y esto me lleva directamente al desafío seis. LAS EMPRESAS NO TIENEN UNA MISIÓN, TIENEN UN PROPÓSITO. Y está atado a las huellas que desea dejar, a su legado.
No pensemos en la sostenibilidad como acciones periféricas y esporádicas, para ganar reputación y titulares en los medios, como iniciativas que funcionan separadas de nuestra empresa. Lograr el BIENESTAR del que les he venido hablando, implica un crecimiento que sea integrador e inclusivo.
Específicamente, me refiero a la principal y más transformadora promesa de la Agenda 2030 para el Desarrollo SOSTENIBLE y sus Objetivos: “No dejar a nadie atrás”. Una frase sencilla, y que tal vez hemos escuchado innumerables veces, pero que engloba el desafío más grande que tenemos como empresa, sector y país.
Un compromiso inequívoco que debemos asumir todas las organizaciones y que como bien alertó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (la CEPAL), requiere de un Estado de BIENESTAR con base en un nuevo pacto social, que incluya la universalización de acceso a los derechos, ingreso básico universal; pero también aportar a dar solución a las prioridades globales y las expectativas de una sociedad que demanda cada vez más de nosotros.
¡Un verdadero cambio de modelo económico enfocado hacia la sostenibilidad!
Entender la producción y el consumo desde un enfoque multidimensional que involucre aspectos económicos, sociales y medioambientales. Un MODELO que incide en la mejora de la calidad de vida de las personas y la reducción de las vulnerabilidades, pero que también tiene gran impacto en la competitividad y eficiencia de la organización.
La sostenibilidad debe y tiene que convertirse en un eje transversal en todo nuestro modelo de negocio, involucrar cada área y cada procedimiento, en pocas palabras, traspasar a lo largo y ancho de nuestra organización.
En este punto me gustaría compartir un video con ustedes, que resume la trayectoria de Grupo SID, pero también es un claro REFLEJO de los pasos que estamos dispuestos a dar para que las grandes transformaciones que queremos para el país ocurran.
En Grupo SID creemos que solo somos exitosos en la medida en la que la sociedad crece junto a nosotros, y es un propósito que hemos asumido con ímpetu, ENTREGA Y ENERGÍA.
Desafío siete. UN LÍDER NO MOTIVA, INSPIRA. No es suficiente ser un jefe que hace que las personas asuman diversas posturas o actitudes, los tiempos requieren de un tipo de LIDERAZGO diferente; uno que sea capaz de inspirar, cohesionar y fomentar el crecimiento de los equipos.
Requiere encontrar un objetivo común; incorporar valores al trabajo, como la creatividad, innovación, compromiso y sentido de equipo. Demanda CONOCER los colaboradores, y entender qué es importante para cada uno de sus miembros a nivel personal.
Tener la capacidad de hacerlos transitar en escenarios distintos, sin perder el rumbo. Nunca olvidando que, si bien no existe la perfección, debemos trabajar para lograr la excelencia y nuestra mejor versión.
Como diría Moisés Naím, “el tamaño ya no significa fuerza. La burocracia ya no significa control y los títulos ya no significan autoridad”.
y el último desafío que les quiero tratar es que hoy EL TALENTO ES IGUAL A EDUCACIÓN.
Como líderes contamos con diferentes herramientas que facilitan el ejercer la función, pero ninguna puede reemplazar un talento capacitado y comprometido. Su rol es determinante para impulsar la innovación en los negocios, la identificación de OPORTUNIDADES de mejora, y hace más fuerte a la empresa y a los equipos. Nos permite ser más competitivos. Una organización competitiva es aquella que transmite el conocimiento a sus miembros, que construye un capital que se refleja en los resultados de la empresa, pero también en el potencial de sus miembros y en su bienestar.
Finalmente les digo: lo que llega rápido y sin esfuerzo se va aún más rápido.
La vida nos ha enseñado que, con la verdad, integridad, decencia, educación y con un sentido colectivo, por más RUIDO que quieran hacer algunos, será imposible borrar las huellas de bienestar que vamos dejando en el camino.
Recordemos que cada decisión que tomamos como líderes genera consecuencias en otros y en la organización. Procuremos ser reconocidos por inspirar, desarrollar y crear una cultura fundamentada en la empatía, la solidaridad y la lealtad. Un LIDERAZGO cercano, horizontal, pero sobre todo humano. Conectando y entendiendo a los equipos, y no perdiendo el foco de lo que verdaderamente es importante.
MUCHAS GRACIAS