Ligia Bonetti | La lectura es una de las actividades más productivas y enriquecedoras que cualquier persona, sin importar edad o profesión, puede incorporar en su vida. Ya sea a través de novelas, textos técnicos, de autoayuda, de ficción u otros géneros, sumergirnos en las páginas de un libro amplía nuestros horizontes al exponernos a diferentes perspectivas, culturas y aprendizajes.
Nos brinda acceso a un mundo infinito de conocimiento, y, además, tiene un impacto en la visión y comprensión que tenemos del mundo que nos rodea, así como en el bienestar general.
A nivel personal, la lectura fomenta la imaginación, nos permite vivir emocionantes aventuras, explorar mundos desconocidos y conectar con personajes que nos enseñan sobre la complejidad humana. También es una forma efectiva de relajarse y reducir el estrés en nuestras vidas cada vez más agitadas. Incluso, se ha demostrado que mejora la concentración, la memoria y la atención, lo que puede ser una defensa contra enfermedades neurodegenerativas.
Por otro lado, los profesionales que cultivan el hábito de la lectura se exponen a diversas perspectivas y enfoques, se mantienen al día con las nuevas tendencias y mejores prácticas, lo que les permite adaptarse con mayor facilidad a las transformaciones, con una mentalidad abierta y brindando soluciones a los retos de manera más creativa. En este entorno laboral que tiene como constante el cambio, la capacidad de pensar fuera de la caja proporciona un diferencial competitivo esencial.
Otro aspecto de suma relevancia es que leer mejora la capacidad para comunicarnos, tanto por escrito como verbalmente, lo que se traduce en una mayor perspicacia, comprensión y capacidad para influir en otros de manera efectiva.
Para aquellos que deseen hacer de la lectura un hábito, aquí hay algunos consejos prácticos:
- Comienza leyendo lo que te interesa. Desarrollar el hábito de la lectura requiere tiempo y paciencia. Mi sugerencia es comenzar siempre eligiendo temas que te interesen y libros que sean accesibles en términos de longitud y complejidad, para mantener la motivación.
- Establece metas y horarios. Es común cada cierto tiempo plantearnos como meta leer más, pero generalmente se diluye este deseo atribuyéndolo a la falta de tiempo. Te invito a establecer la lectura como una prioridad, a proponerte objetivos y a reservar cada día por lo menos 30 minutos para alcanzarlo. Busca espacios tranquilos para leer. Una forma efectiva de ponerte metas con la lectura es marcar los capítulos de manera que no sientas que debes leerte el libro entero, sino que puedes avanzar capítulo por capítulo. Es como correr un maratón, empiezas una milla a la vez. Mantén un registro de lo que has leído.
- Socializa. Comparte libros y experiencias de lectura con familiares y amigos. Como leer es contagioso, puedes lograr que ellos también se sumen. Otra idea es unirte a clubes de lectura, ya los hay también virtual, o, incluso, compartir lo que estás leyendo en tus redes sociales. Amplia tu repertorio participando en intercambios de libros.
- Explora diversos géneros y autores. Esto te permitirá conocer diferentes estilos de escritura y exponerte a una gama más amplia de ideas. Igualmente, aumenta tu conocimiento sobre una variedad de temas, lo que te hace más versátil en conversaciones y te permite encontrar conexiones entre disciplinas aparentemente dispares.
Como hemos visto, al leer nos comprometemos con un proceso continuo de aprendizaje y crecimiento que nos beneficia a lo largo de toda la vida.
Entonces, ¿qué esperas? Ahora es el momento perfecto para abrazar este hábito y descubrir el mundo a través de las páginas de un libro. Ya sea retomando una lectura inconclusa o embarcándote en una nueva aventura literaria, cada página que leemos nos acerca un paso más al crecimiento personal y profesional.
